Samsung Galaxy Surfboard, la primera tabla inteligente
Hay ocasiones en que las campañas de marketing se superan. Solo así se explica el enorme despliegue que ha puesto en marcha Samsung para promocionar su Galaxy S7. Aliándose ni más ni menos que con la prestigiosa agencia de publicidad Leo Burnett, ha incrustado dentro de una tabla de surf su Smarphone para mostrar al mundo su resistencia al agua.
De paso, parece haber creado la primera tabla inteligente del mundo, la Samsung Galaxy Surfboard, que no se comercializará de momento y se ha usado como prototipo por el surfista Gabriel Medina y su equipo técnico. La tabla cuenta con las características propias de cualquier otra con el añadido de la tecnología, lo que permite la comunicación entre Medina y su entrenador de manera inmediata. El dispositivo incluye además una serie de indicadores sobre las condiciones de la ola, su dirección y la velocidad del viento.
En el surf, al contrario que otros deportes, no hay por la distancia el diálogo entre el entrenador y el deportista ni, por tanto, existe la posibilidad de dar instrucciones o corregir la manera de plantear una competición concreta. Lo cierto es que las distintas asociaciones que rigen el surf están tendiendo la mano a la tecnología y no se descarta que dentro del circuito profesional se incluya de aquí a unos años una ola artificial.
¿Una ola artificial en el circuito?
Entre la compañía Wavegarden y la de Kelly Slater han demostrado que se puede surfear fuera del mar, emulando en piscinas la silueta que el agua dibuja en las costas de Hawái o Australia. Sin duda, se están dando los pasos correctos para su inclusión en unos Juegos Olímpicos. De hecho, el surf figura entre los deportes preseleccionados para Tokio 2020 y tal vez online se pueda dentro de cuatro años apostar al surf como disciplina olímpica.
Otro de los caballos de batalla está en hacerlo un deporte más seguro gracias al avance de la tecnología. Muchos lugares idílicos para su práctica, como Australia o Sudáfrica, conllevan el riesgo de toparse con tiburones, como le ocurrió el ocurrió a Nick Fanning y que salió ileso milagrosamente de un ataque. Se han inventado neoprenos y tablas de camuflaje con colores similares a los de una cebra que a ojos de un escuálido se hacen invisibles y que pierden la silueta de una tortuga, con la que se dice que confunden a los surfistas. Más recientemente, se ha creado un dispositivo eléctrico que, incorporado a la parte posterior, ahuyentan a los tiburones mediante ondas.
La evolución de las tablas es cada vez más progresiva y nada tienen que ver las actuales con las que en su día avistó desde su barco James Cook, a quien corresponden las primeras referencias escritas sobre el surf. Los nuevos diseños están también concebidos para preservar el medio ambiente y se fabrican con elementos que no son nocivos y que tienen una mayor durabilidad.