CoreWeave compra Core Scientific por u$s 9 000 millones: doble jugada en infraestructura de IA
En uno de los movimientos más importantes del año dentro del ecosistema de la inteligencia artificial, CoreWeave, una compañía especializada en infraestructura y con el respaldo directo de Nvidia, anunció la compra de Core Scientific, empresa que hasta hace poco se dedicaba a la minería de criptomonedas, por una suma cercana a los 9 000 millones de dólares.
El acuerdo, que se cerrará principalmente mediante un intercambio de acciones, transforma a CoreWeave en un jugador con control directo sobre buena parte del hardware y energía necesarios para operar modelos de IA de gran escala. La adquisición incluye cerca de 1,3 gigavatios de capacidad energética para centros de datos, lo que equivale a una cantidad difícil de conseguir en el mercado actual.
De la minería cripto a los data centers para IA
Lo interesante de esta operación es que Core Scientific había sido uno de los gigantes de la minería de bitcoin en EE.UU., pero luego de declararse en bancarrota en 2022, reestructuró su modelo de negocio para enfocarse en el high-performance computing, es decir, el alquiler de infraestructura especializada para tareas como entrenar modelos de lenguaje, procesar datos científicos y más recientemente, servir modelos de IA generativa.
Para CoreWeave, que ya era cliente de Core Scientific, esta compra tiene un impacto directo: no solo deja de pagar alquileres, sino que pasa a controlar activos clave como energía barata, ubicaciones estratégicas y hardware instalado. Se estima que solo en ahorro operativo a largo plazo, la empresa podría reducir costos en más de 10 000 millones de dólares durante los próximos 12 años.
¿Qué significa para Nvidia?
Aunque Nvidia no participa directamente en la adquisición, es imposible no notar su huella. CoreWeave es una de las startups con las que Nvidia mantiene vínculos comerciales y estratégicos estrechos. De hecho, buena parte de los centros de datos de CoreWeave corren sobre GPUs Nvidia, y el crecimiento de esta empresa fue en gran parte impulsado por la demanda explosiva de chips H100 y ahora los nuevos Blackwell.
Para Nvidia, que en junio superó brevemente a Microsoft como la empresa más valiosa del mundo, esta compra es una buena noticia. Refuerza su ecosistema verticalizado: no solo vende los chips, sino que participa indirectamente del negocio de alquiler de poder de cómputo, una tendencia en alza ante los costos prohibitivos de operar modelos de IA a escala propia.
En el mercado bursátil, la noticia fue recibida con cierto entusiasmo. Si bien las acciones de CoreWeave (empresa privada) no cotizan, el movimiento fue interpretado como una consolidación positiva para los socios tecnológicos de la IA. Nvidia subió levemente durante la jornada posterior al anuncio, confirmando que cada expansión en infraestructura tiende a reforzar su posición dominante.
Un cambio silencioso en la industria
Mientras la prensa se concentra en los modelos de IA que pueden generar imágenes, música o voces realistas, por debajo del radar se está dando otra batalla: la del acceso a recursos. La IA no es solo software, es sobre todo hardware, energía, temperatura y latencia. Y quienes controlen esos recursos, como está haciendo ahora CoreWeave, tendrán la ventaja real para sostener a los gigantes del futuro.
Para Nvidia, esta consolidación de su cadena de valor es una apuesta a largo plazo. Para CoreWeave, el paso la convierte de startup prometedora a infraestructura crítica. Y para el resto de la industria, es una señal de que el negocio de la IA ya no está solo en los modelos… sino también en las máquinas que los mantienen vivos.
